Buenas Sandra y mem286,
Para traducir correctamente un vocablo, no hay que fijarse sólo en la traducción "por palabra" que podemos trasladar de una lengua a otra. La realidad traductológica consiste también en buscar e indagar en la tradición que dicha palabra tiene respecto de una construcción a otra.
El hecho que se haya constatado el uso escrito de cierta palabra en publicaciones de una area temática determinada no implica que su uso sea correcto, al menos en lo que a frecuencia respecta.
Agregar y añadir no es lo mismo. Da igual cómo se defina la palabra en el DRAE, ya que ese diccionario, aun siendo prescriptivo, no nos da la información que necesitamos en este caso concreto. Para ellos, y los traductores profesionales lo sabréis, necesitamos los aclamados (y carísimos) diccionarios de frecuencia, o en su defecto, algún acceso a un corpus suficientemente fiable como para constatar que cierto uso es más elevado en una secuencia de contrucción que otra.
Llegados a este punto, y sí da igual lo que se haya leído o visto, la frecuencia de "añadir sal", es de un 76% en la lengua escrita (según el corpus textual que consulto, cuya base de datos comprende desde el s. X al XXI), cuya cifra contrasta con el 15% de "agregar sal".
Llegados a este punto, aunque sí es correcta la traducción de "agregar" no lo es por estilo, y mucho menos por tradición, cosas, ambas, que debemos contemplar al traducir, muy especialmente aquellos quienes tengamos el idioma como herramienta de trabajo.
Para los que no tengáis acceso a un corpus textual, os recomiendo que consultéis el CREA y el CORDE de la RAE.
Una vez más, la mecanización de traducción muestra sus debilidades, y es que traducir, al fin y al cabo, es algo más que consultar, leer o haber leído.
PS: En 1001 recetas de Simone Ortega, sólo aparece 6 veces "agregar", respecto a la 61 veces que figura "añadir". Es decir un 61%, vs. a un 6%. Supongo que a los que os gusta más la cocina ya lo sabíais.
Saludos.
Utgi García