Buenas seeker50,
[...]Ud. vive en Barcelona(o es originario de dicha ciudad). En esto último, y si yo estuviera en su lugar, a mí me representaría una ligera ventaja. Pienso que de una forma u otra, yo tendría más fácil acceso a las últimas modificaciones hechas por la RAE.[...]
Es cierto que estar en la península ayuda un poco a estar más al día en el campo de la terminología estandarizada, en las novedades de la Academia, y hasta en las publicaciones más recientes en algunos casos.
Lamentablemente este argumento no es válido dentro de un contexto digital, y de unos recursos en línea que estan ya al alcance de todos.
Quizá los corpus sean más dificiles de encontrar allende los mares, pero seguro que la transferencia digital de los archivos puede subsanar este inconveniente.
Debo informarle que, en cuanto a la RAE se refiere, tanto tú como yo, tenemos los mismos recursos: su página web.
Por otra parte, lamento haber enfocado estrechamente este aporte a los traductores profesionales en exclusiva; si por ello alguien se vio fuera de lugar: mil disculpas por adelantado.
PS: [...]Yo continúo preguntándome acerca de la lista actualizada(ojo en esto, "actualizada") de la Real Academia Española en referencia a los anglicismos y términos afines a este vocablo que ya han sido aceptados por la misma. [...] "Misma" es sólo adjetivo, no puede funcionar como pronombre. Leed la siguiente explicación:
El coche resultó destrozado, y las dos personas que viajaban en el mismo, heridas de consideración. Es éste uno de los muchos ejemplos periodísticos que podríamos traer a colación para mostrar el uso innecesario, es decir, el abuso, que hacemos del adjetivo mismo; prueben ustedes a quitarlo y notarán que diciendo viajaban en él la frase no pierde un ápice de claridad, además de resultar más ligera.
Estamos ante lo que la Real Academia censura desde hace ya bastantes años, un defecto que se da en los escritos de toda clase, precisamente por el énfasis que ponemos en señalar insistentemente aquello a lo que nos referimos. En realidad, mismo,-a es en su origen un adjetivo que, colocado junto a un sustantivo, expresa unas veces identidad, coincidencia con lo señalado; otras veces actúa como un refuerzo intensificador: repitió sus mismas palabras / sus palabras mismas lo delatan; hace siempre las mismas preguntas / las preguntas mismas indican el conocimiento del tema. Este carácter enfático le permite acompañar a los pronombres personales, en una función que está vedada a la gran mayoría de adjetivos o adyacentes: nosotros mismos lo podremos arreglar.
En todos estos ejemplos hallamos un uso regular y adecuado de la forma susodicha; pero, si comparamos esto con lo que que reza en un cartel de nuestra ciudad, Se prohibe el paso a la obra a toda persona ajena a la misma, veremos que ahora la situación ha variado, al igual que en ejemplo inicial. Nuestro adjetivo se ha convertido en un sustantivo señalador, anafórico dice la Academia, usurpando así las funciones de ciertos pronombres, en una tarea que ya cuenta con suficientes operarios, o que incluso no necesita ninguno. Si quitáramos el añadido a la misma, la frase quedaría perfectamente inteligible; y, si acaso necesitáramos marcar la referencia para que no cupiese ninguna duda, bastaría con utilizar a ella, a ésta. Sin embargo, abusamos fácilmente de este mismo,-a, como si añadiese algo especial que no se logra por los medios citados, lo cual carece de todo fundamento. (Roman Paladino).
Saludos,
Utgi García