Origen de la palabra Balotaje
La segunda vuelta, conocida también como balotaje, se trata de una implementación en el sistema electoral. Tiene su origen en Francia, en el siglo XIX a partir de la instauración del segundo Imperio de Napoleón III, y que volvió a aplicarse en la tercera y reapareció en la quinta República Francesa a través de la constitución de 1958. A partir de entonces fue utilizado en casi todo el viejo continente. Su propósito era disminuir la fragmentación de votos para lograr una adecuada gobernabilidad. Así surgió el Ballotage, como una contribución al sistema electoral francés para el fortalecimiento de la figura presidencial.En América Latina se adoptó en los años setentas, a raíz de los movimientos democratizadores en varios países. Inicialmente lo incorporaron Costa Rica y Ecuador. En los ochenta y noventa lo adoptaron 13 países más, como Uruguay, Chile, Bolivia, Perú, Argentina, Guatemala, El Salvador, Panamá, entre otros. Lo que se buscaba con la incorporación de este elemento en el sistema electoral era lo mismo que en Europa, mayor legitimidad. Usarlo como un antídoto a la descomposición de los sistemas democráticos en nuestro continente y como una forma de asegurar la gobernabilidad.El término balotaje, ya afincado y difundido en nuestra lengua, es un préstamo léxico del francés ballotage. Tanto este vocablo como también “balota” (bolilla que algunas comunidades religiosas usan para votar) tienen larga data en nuestra lengua. De hecho el término francés ballotage deriva de ballota, que es una voz del italiano dialectal, un diminutivo de “balla”, del italiano “palla”, “pallotta”, proveniente del longobardo, variante de la voz germánica “ball” con el significado de “bola pequeña o bolilla para votar que se introducía en una caja o urna en votación secreta”. Del italiano pasa al francés como ballotte. Asimismo, el término balotar en español proviene del italiano “ballottare”, votar o decidir por medio de bolillas o fichas.La primera acepción del término balotaje, al ingresar al español, fue de “votación por balotas o por bolillas blancas y negras”. Desde un punto de vista semiótico, el uso de los colores blanco y negro en mecanismos de votación, actualmente se ven en lo que se conoce como “fumata negra” y “fumata blanca”, o sus correlativos en italiano “fumata nera” y “fumata bianca”, que se trata de la columna de humo que sale de la Capilla Sixtina al terminar una ronda de votación para la elección del Papa. Cuando del resultado de la votación no obtienen los dos tercios de los votos emitidos, sale humo negro, lo que indica que el cónclave cardenalicio debe seguir deliberando en una nueva ronda. De lo contrario, si la votación ha sido exitosa por la chimenea se verá humo blanco.Podemos ver en la prensa la gran variedad gráfica del término balotaje. Lo recomendado es emplear la forma castellanizada “balotaje”, o bien, respetar la original: “ballotage”.
Segunda vuelta (balotaje) | Literatura y Etimología