Y claro, en la vida de cualquier hispanohablante, hay situaciones desquiciantes y personas borde. Es inevitable.
Los insultos forman parte de la vida cotidiana, entonces los académicos mexicanos los han compilado en el Diccionario de insultos.
Por ejemplo: engañapichanga, cuya entrada aparece en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE.
¿Quién no habla casi a diario con un engañapichanga? Así que no falta a la verdad quien llama a las cosas por su nombre... y a las personas.
¡Eres un engañapichanga!